Tenemos un cachorro nuevo, y ¿ahora qué?
¿Cómo hacemos para que no rompa nada?
¿Cómo hacemos para que sea “limpio”?
¿Cómo hacemos para que nos obedezca?
¿Cuantas horas puede pasar solo?
¿Cuantas veces lo saco a la calle?
... Estas y muchas otras preguntas se hacen aquellos que tienen en su casa un cachorro por primera vez.
Lo primero de todo, lo principal es que se sepa que un perro es una responsabilidad, y en caso de ser cachorro la responsabilidad es aun mayor. Un perro no es algo que se compra o se acoge para unos días o unos meses, para quedar bien con un regalo o para demostrar el poder que uno tiene a la hora de decidir, “lo quiero y ya está”. NO.
Nada de todo eso, puede llevarnos a tener un nuevo perro con nosotros. Debe ser algo meditado y sobre todo algo consensuado en familia. Porque en la educación del perro se deben seguir unas normas y estas deben ser cumplidas por todos los miembros que viven en la casa.
En este artículo no vamos hablar de donde conseguir el cachorro, nos centraremos en que hacemos cuando llega a casa. Recomendamos que el perro tenga su sitio, un lugar delimitado donde pueda dormir y jugar sin riesgo para él ni para las cosas que no queramos que toque.
Lo ideal seria una zona delimitada, donde se encontrase un transportin que sirva de cama a nuestro nuevo amigo, una donde jugar con seguridad y una zona cubierta con pañales absorbentes, suelen tener medidas de 60x60 y permiten que, cuando el perro no puede salir aun a la calle, aprenda buenos hábitos.
Muchas personas piensan que el perro sufre si está en un transportin, nada más lejos de la realidad, un cachorro se siente más cómodo si está cobijado y se siente protegido.
Lo que NO se debe es meter a un cachorro por la fuerza y abandonarlo dentro durante horas cerrado. Las pautas deben ser otras, el cachorro debe aprender, primero a entrar por su voluntad en el transportin. ¿Qué tal si dejamos unos granos de pienso dentro? Efectivamente, el cachorro entrara a buscar el pienso.
Después de este primer paso, lo que se debe hacer es invitarle a entrar, una y otra vez, dejarle con la puerta abierta, que entre y salga. El siguiente paso seria darle alguna de sus comidas en un Kong y dejarle dentro mientras que cerramos la puerta. Mientras este con su ración de comida ni se acordara de que no estamos. En esta fase lo que debemos es adelantarnos a abrirle la puerta antes de que proteste. Debemos ser más listos que él y demostrarlo.
En definitiva se trata de que el cachorro no sienta que ese lugar es un sitio donde se le abandona, es importante que aprenda que el transportin es un lugar agradable, un sitio donde protegerse, dormir y estar tranquilo.
De la misma forma, es importante hacer una primera visita al veterinario, para que nos aconseje sobre la alimentación , le ponga las primeras vacunas, el chip, le registre y nos facilite la cartilla veterinaria o pasaporte. Debemos poner mucho cuidado para que el cachorro no se traumatice con esta primera visita y se comience a familiarizar con las sucesivas visitas que tendrá que hacer a lo largo de su vida. Es aconsejable que llevemos una manta que el cachorro use, de forma habitual, para tumbarse, nos servirá para cubrir la mesa que, al ser de material metálico, resulta muy fría y de tacto desconocido para el cachorro. Recomiendo que antes y después de esta primera visita se hagan otras visitas, en las que solamente se acuda a la clínica para premiar al perro y jugar con él. Lo importante es que no asocie veterinario con malos momentos. Y que manipulemos, diariamente, a nuestro cachorro, mirarle las orejas, la boca, las patas,... el perro aprenderá de forma fácil que debe dejarse explorar.
Seguramente, para acudir al veterinario nos trasladaremos en coche, y si no volvemos a montar al cachorro en coche, la próxima vez identificara el coche con el veterinario, sobre todo si ha tenido una mala experiencia y no se sigue la pauta explicada anteriormente. ¿Qué tal si aprovechamos unas tardes para pasear al cachorro en coche y terminar en un lugar agradable y seguro? ¿Qué tal si nos desplazamos hasta la casa de unos amigos y familiares? De esta forma el perro no asocia el coche con el veterinario y además el perro conoce otros lugares y otras personas.
Durante las primeras semanas en casa, y mientras que el cachorro no puede salir a la calle es aconsejable invitar a que distintas personas vengan a nuestra casa. Que el perro conozca a otras personas, altas, bajas, con voz suave, con voz bronca, de mediana edad, niños, ... Esto permitirá una mejor sociabilidad del cachorro.
Recomiendo la lectura de el libro de un “cachorro en casa” escrito Ian Dumbar y que una vez pasado el periodo critico el cachorro acuda a una escuela de cachorros.
Para que las primeras salidas, una vez que se pueda sacar a nuestro cachorro a la calle, no nos resulten frustrantes y estresantes para nuestro cachorro, se le debe poner a ratos un collar para que acepte con tranquilidad algo que está en su cuello y de alguna forma molestándolo. También podemos usar la correa dentro de casa, por ejemplo para llevarle a comer a otra habitación, o sacarle al jardín. Que aprenda de forma natural que ir sujeto a la correa no es algo “horrible” y que sin embargo sirve para llegar a un lugar donde pasan cosas agradables.
Durante las primeras semanas de vida el perro es una esponja que aprende de forma rápida con métodos positivos, aprovechar para enseñar sienta, tumba, quieto... después cuando el calendario de vacunas lo permita el perro podrá reforzar lo aprendido en la calle y con distracciones.
Como veréis las cosas son más fáciles de lo que un principio podríamos pensar y la convivencia con un cachorro es algo muy especial y que merece la pena afrontar de forma positiva. Os dejamos un vídeo de Eclair, nuestra nueva cachorra, que resume lo que hasta aquí hemos hablado.
El cachorro no rompe nuestras cosas para fastidiarnos, es más sencillo, tan sencillo como que necesita morder para aliviar las molestias dentales, por eso es muy importante que tenga juguetes que sean seguros y que los tenga, normalmente, a su alcance.
Sera un grave error dejarle morder unos zapatos porque estén viejos y no nos importe, porque es seguro que él la próxima vez no distinga entre viejos o recién comprados. Sera un error dejarle coger algo que, no sea su juguete, de una mesa o mueble para morderlo, pensando que no nos importa que lo rompa, quizás, la próxima vez lo que nos coja sera algo que le perjudique o algo que que si nos importe que nos muerda.
Así que lo mejor es un tener una cesta con los juguetes que si puede tocar y no dejarle coger las cosas que no sean suyas. En el mercado existen juguetes educativos para cachorros, mordedores y peluches seguros. Cualquiera de ellos ayuda a nuestro cachorro a divertirse con seguridad.
El cachorro necesita compañía, no puede estar solo horas y horas y debemos interactuar con él, aprovechar cualquier momento para crear un mayor vinculo de unión nos ayudara su aprendizaje futuro. Ellos no necesitan de grandes esfuerzos físicos para disfrutar podemos aprovechar pequeños gestos para disfrutar, os dejamos un vídeo de ejemplo.