viernes, 29 de agosto de 2014
Clases para cachorros
Comienzan a popularizarse en nuestro país las llamadas "Clases para cachorros" organizadas generalmente por las clínicas veterinarias o por centros de adiestramiento especializados.
Las clases para cachorros son reuniones de cachorros con sus propietarios, generalmente grupos reducidos de no más de 8 cachorros, en las que se atienden las necesidades de socialización de éstos, tanto con otros perros como con los humanos. Si bien atendiendo se aprende, estas clases no son, ni deberían plantearse, como sesiones formales tempranas de adiestramiento.
Las clases están orientadas para cachorros entre las 7 semanas y los 4 meses, y se agrupan a los participantes, caninos, en función de su edad, para evitar que los mayores abusen de su cuerpo, y poca cabeza, de los más pequeños. Son una oportunidad para profundizar en la socialización del cachorro, que aprenda a interaccionar con otros cachorros de su misma edad, a aceptar el manejo por otras personas distintas a su amo, a inhibir el mordisco, a intercalar sesiones de juego con momentos de relax y el aprendizaje de respuestas básicas de utilidad en la convivencia diaria. Algo que se logra mediante el juego y las actividades que se realizan con la participación de todos los asistentes. No deberían ser sesiones de desmadre y descontrol, en las que los cachorros jueguen, corran y se mordisqueen hasta la extenuación.
Las clases para cachorros por lo general son de una hora, una vez a la semana durante seis semanas, de este modo cubrimos las necesidades del cachorro durante esta etapa de socialización temprana y asentamos las bases para lograr una exitosa adaptación del cachorro a las exigencias de nuestra sociedad y facilitar que llegue a ser un perro adulto con el que poder convivir, adaptado a nuestro estilo de vida.
Una de las mayores preocupaciones de los veterinarios, criadores, adiestradores y propietarios de perros es la salud del cachorro y los riesgos potenciales que le rodean en los primeros meses de vida, cuando todavía no ha completado su programa de vacunación, pero también nos debería preocupar su desarrollo mental y su correcta adaptación al entorno. Es por ello que las clases para cachorros son una herramienta fundamental que nos permiten mantener un equilibrio entre ambas necesidades. Proteger al cachorro frente a posibles infecciones y permitirle interaccionar con otros cachorros y con otros humanos, además de su dueña, para lograr adaptarse a las exigencias del entorno.
Por esta razón se pone especial atención en todo relacionado con la prevención y en las clases para cachorros sólo pueden participar animales sanos, que han pasado sus primeros reconocimientos veterinarios y con su programa de vacunación actualizado, además de estar desparasitados (contra parásitos internos y externos) y por supuesto, limpios y bien alimentados. El entorno en el que se realiza la actividad es por lo general un lugar controlado, cerrado y limpio (desinfectado).
En ocasiones también se permite la asistencia a algún animal adulto, en perfectas condiciones de salud, que tiene un buen temperamento y que es de ayuda para que los cachorros aprendan a comportarse con perros de mayor tamaño y cuales son los buenos modales.
Los cachorros, ya a esta temprana edad, son como esponjas que absorben de todas aquellas experiencias a las que los exponemos, que marcarán sus futuras reacciones, por eso es tan importante que cuidemos todos los detalles y nos concentremos para que tengan una buena primera impresión e interacciones placenteras, que en muchos casos marcarán y condicionarán reacciones futuras (no habrá una segunda oportunidad para crear una primera buena impresión). Nuestro cachorro nos sorprenderá con la rapidez con la que aprende todo (lo que nos agrada y lo que no nos agrada tanto), además, durante este proceso sentaremos las bases y potenciaremos futuros aprendizajes. Nos esforzaremos por evitar que el cachorro pueda cometer errores y el castigo está desterrado, por supuesto. Todas nuestras interacciones serán positivas y encaminadas a incrementar la confianza mutua, facilitando la adaptación del cachorro a su nuevo entorno. Actividades variadas, cortas, con numerosos juegos pero también con períodos de reposo.
Por lo general estas clases se imparten en colaboración con las clínicas veterinarias que son conscientes de los beneficios que reportan para todos (propietarios, veterinarios, adiestradores y sociedad). Un cachorro que se comporta bien será mejor aceptado en su entorno, menor riesgo de abandono, llegará a ser un perro adulto con el que poder convivir por lo que se integrará mejor en la familia y en la sociedad, hará más visitas al veterinario, actividades con su amo en el centro de adiestramiento y consumirá muchas raciones de pienso y tendrá numerosos accesorios a lo largo de su vida, por lo que todos salen ganando.
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