EL EMBARAZO
Al producirse la fecundación empieza el embarazo. El veterinario, mediante una delicada palpación del útero, puede confirmarlo entre el 15 y el 28 día e incluso precisar el numero de cachorros.
A la quinta semana, el embarazo también es perceptible a simple vista: en efecto se observara un cierto engrosamiento abdominal (siempre que no se trate de un falso embarazo).El examen radiológico después de 45 día permite comprobar en embarazo con seguridad. Otro buen medio para el diagnostico es la radiografía.
El desarrollo embrionario es bastante lento las primeras semanas. Cada cachorro tiene su estructura placentaria, que esta conectado con el útero.
Durante las cuatro ultimas semanas es conveniente suministrar un poco de calcio a la hembra, ademas del habitual aporte vitaminico-mineral.
Hacia el 58-60 día del embarazo hay que cortar el pelo del vientre, cerca de cada mama y en torno a la vulva. En estos últimos días se observara un aumento de las glándulas mamarias. Durante el embarazo y especialmente en el ultimo periodo, es mejor evitar que la hembra juegue con excesiva agitación y saltos, sobre todo de arriba abajo.
EL PARTO
Cuando se acerca el parto, la temperatura de la hembra empieza a incrementar y a disminuir de forma repentina: un día sera 37ºc, al día siguiente 38ºc, al otro 37,2ºc etc. Generalmente, la temperatura desciende como mínimo 1ºC (37ºC) en las 12-24 horas antes del parto.
Desde el 58 día después de la primera monta es mejor estar alerta y tenerla vigilada. En general, el parto se produce del 60 al 63 día.
A menudo, el día o la noche antes del parto la hembra no come: es una señal de que la situación se esta precipitando. También en este caso sin embargo se suelen dar excepciones.
En cualquier, cuando la hembra empieza a ponerse nerviosa, busca rincones ocultos y resguardados y tirita, respira alternativamente, de manera rápida y después mas lenta, o cuando araña su perrera, prácticamente habrá llegado el momento.
En las perras embarazadas se suele observar la destrucción del lecho poco antes de parir hacen jirones los trapos y rompen a trocitos los periódicos.
Para ayudar a la hembra en el parto es buena idea usar una caja de plástico donde la parturienta se pueda estirar cómodamente, sin que sea muy grande, para que pueda apoyar por u lado las patas y por el otro la espalda y ayudarse a empujar. Ademas, es necesario cubrir el cajón con sabanas viejas, que se cambiaran cuando nazcan los cachorros, ya que se ensucian considerablemente. La hembra las araña, las escarbara, las morderá y romperá: es una comportamiento normal.
También sera útil tener algodón hidrófilo a mano, desinfectante, tijeras, hilo de algodón (para atar si fuese necesario el cordón umbilical), trapos limpios, un reloj y una caja con una esterilla. Esta caja (una pequeña perrera) estará preparada con la esterilla encendida y caliente, para los cachorros que vayan naciendo.
Es necesario tener a la hembra bajo observación, sin distraerla, dejando que se concentre bien en lo que debe de hacer. El mecanismo del parto se basa en la elasticidad de las partes genitales de la madre y en la elasticidad del feto y la menor resistencia de la abertura genital del útero hacia el exterior.
Los empujones lo causan las contracciones de los músculos abdominales a los cuales se corresponde una contracción del útero con movimientos de onda de adelante hacia atrás, mas intensos en el cuello del útero y menos intensos a medida que se prolongan hacia atrás. Se consigue así una serie de movimientos peristalticos. Estas contracciones hacen que el liquido contenido en las bolsas salga al exterior; el feto se ve arrastrado y ayudado también por sus mismos movimientos, poco a poco consigue salir.
En cada empujón se observa como se contrae el cuerpo de la hembra y la cola la levanta lentamente. En un momento determinado entre la cola y la vulva, se advertirá una dilatación: el cachorro ya esta aquí. Después de algunos empujones mas, aparecerá por el borde de la bulba una cosa brillante negra. Y con unos empujones mas el cachorro saldrá del todo, probablemente todavía envuelto en las bolsas. En este momento la madre romperá con los dientes la bolsa, cortara el cordón umbilical y empezara a lamer minuciosamente al pequeño; esta ultima acción tendrá efecto de un masaje reactivante y positivo que ayudara al neonato a efectuar su primera respiración.
Sin embargo, si la hembra no se pusiera enseguida a hacerlo, sera conveniente ayudarla a romper las bolsas para liberar al cachorro, empezando por la cabeza. Si la madre no consigue cortar el cordón umbilical, se le podrá ayudar con unas tijeras desinfectadas. Normalmente en este momento la perra empezara a lamer al cachorro; para ayudarla mas, se puede tomar al pequeño, secarlo y masajearlo delicadamente (primero de la cola a la cabeza, después del estomago al corazón), ayudándonos con algún trozo de tela limpio.
Si el pequeño respira bien y se muestra vital se le podrá poner en la perrera con la esterilla previamente preparada o se le dejara al lado de la madre que seguirá proporcionandole cuidados.
Lo fundamental es asegurarse de que se expulse la placenta. Sin embargo no significa que vaya a suceder seguida: también puede ser expulsada después del nacimiento de los demás cachorros. Después sera necesario contar el numero de cachorros y el numero de placentas expulsadas. Generalmente la perra intentara ingerir las bolsas en las que estaban envueltos los cachorros y al hacerlo también imprime una cierta tracción a la placenta que sale. Se la puede ayudar tomando los extremos con una gasa y tirando con mucha delicadeza al ritmo de las pequeñas contracciones del momento. Cuando la placenta haya salido la hembra querrá comérsela: sera mejor cortarla a trocitos para evitar que la vomite.
Quizá la perra empiece en seguida a empujar otra vez y en el lapso de treinta minutos ya habrá nacido el segundo cachorro; generalmente, sin embargo tarda un poco mas. Puede pasar una hora, una hora y media o dos horas antes de que todo vuelva a empezar.
A veces el parto puede ser difícil si el cachorro se presenta caudal o posterior es decir si se ha colocado hacia la salida con la parte posterior hacia delante. La posición normal es cefalica o anterior: por la vulva de la madre apunta la cabeza del cachorro, siguen las patas anteriores, el hombro, el tórax y todo el resto.
Si la hembra sigue empujando, pero la situación no se resuelve, se la puede ayudar tomando la parte del cachorro ya visible y moviendolo delicadamente hacia el vientre de la madre, al ritmo de las contracciones (no hay que estirar hacia el exterior porque se corre el riesgo de tensar demasiado el cordón umbilical y cortarlo: en este caso, el cachorro podría respirar por primera vez mientras todavía esta inmerso en el liquido amniótico). Cuando el cachorro ha salido completamente se procede como ya se ha sugerido.
Si todo sucede sin problemas, después del nacimiento del ultimo cachorro se colocara a la madre y a los pequeños en la perrera limpia; estos últimos se acercaran a las mamas y empezaran a mamar.
Tras un par de horas, la perra podrá comer; desde ese momento su dieta sera rica y abundante (en el periodo de lactancia deberá comer tres veces al día, su alimentación sera sustanciosa e incluirá siempre una buena dosis de leche). Al día siguiente el veterinario visitara a la perra y a la camada para realizar un control general.
Durante las primeras 24 horas de vida los cachorros succionaras de la madre el calostro: no es propiamente leche y ni siquiera es muy nutritiva, pero contiene los anticuerpos maternos que protegen a los pequeños de las infecciones hasta que empiecen a producirlos por si mismos.
Llegados a este punto, lo mas delicado ya habrá pasado. Bastara vigilar que los cachorros coman crezcan, sean vitales y tengan el vientre duro como la piel de u tambor: si es así quiere decir que todo va sobre ruedas. Finalmente habrá que controlar que la madre no tenga fiebre, que sus perdidas no sean anómalas, huelan mal o sean excesivas y que las mamas no estén demasiado inflamadas, enrojecidas o totalmente moradas: naturalmente es estos casos siempre sera necesario consultar a un veterinario.
Durante el primer parto de una perra, es una buena idea asegurarse la presencia de una persona con ua cierta experiencia directa, como un criador o un veterinario. Siempre es mejor no correr riesgos.